Por  Dr Jose Alvarez Gallesio

Enfermedad cardiovascular (ECV) es un término genérico para las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos. Actualmente 17,7 millones de personas mueren cada año, equivalente al  31% de todas las muertes mundiales. Conjuntamente preocupa por su  impacto negativo en la calidad de vida devenido de sus complicaciones.  Asimismo  existe un aumento progresivo del número de individuos que padecen enfermedades cardiovasculares consecuentes del  envejecimiento progresivo de la población.

Se incluyen las enfermedades de las arterias coronarias  como la angina y el infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, cardiopatía hipertensiva, cardiopatía reumática, cardiomiopatía, arritmia cardíaca, cardiopatía congénita, cardiopatía valvular, carditis, aneurismas aórticos, enfermedad arterial periférica, enfermedad tromboembólica,  trombosis venosa, entre otras.

Los principales factores de riesgo asociados de  ECV que no pueden modificarse incluyen la edad avanzada, la predisposición genética, el género y la etnia. Los factores de riesgo modificables incluyen principios conductuales como el tabaquismo, la actividad física insuficiente, la mala alimentación y el consumo excesivo de alcohol. Los factores biomédicos también juegan un papel importante, como presión arterial alta, colesterol alto, sobrepeso y obesidad. Además los diabéticos tienen el doble de riesgo de desarrollar ECV que la población general. La tasa de prevalencia de accidente cerebrovascular puede ser hasta cinco veces mayor, y la prevalencia de ataque cardíaco hasta diez veces mayor, para personas con diabetes que para aquellos sin diabetes.

Un paso clave en el manejo de la enfermedad cardiovascular implica abordar los factores de riesgo modificables discutidos anteriormente. Sin embargo a veces no es suficiente y es donde  los medicamentos y/o tratamientos quirúrgicos juegan un rol fundamental.

En conclusión el siglo XXI las enfermedades cardiovasculares deben ser conocidas, prevenidas y tratadas correctamente para garantizar una buena calidad de vida en una población donde la edad como riesgo no modificable va en progresivo aumento.